Los amigos no se eligen, ¡se alquilan!

¿Te gusta ir de compras y nadie te quiere acompañar? ¿Tus hijos te ignoran y no van con vos a ningún lado? ¿Odias comer solo? Para todo eso hay ahora una solución: alquilar un amigo.

De buenas y a primera la idea parece patética, para qué negarlo. Pero si lo pensamos un poco el plan no es malo. Alquilar un amigo es una idea que está dando resultado como negocio para los «locadores» y beneficio para los que alquilan. Esta moda moda, que es furor, ya tiene bastantes seguidores y comienza a tener prensa internacional y también local.

Alquilar un amigo por Internet se ha vuelto un mercado grande y las sucursales se expanden. Leí por ahí que el negocio se inició en Japón y luego se expandió a Occidente. Actualmente alquilar amigos es una opción válida en Estados Unidos, España y varios países de Europa.

¿Quienes usan el servicio? Extranjeros que visitan una ciudad, abuelas abandonadas por sus nietos o personas que quieren aprender una nueva disciplina y ninguno de sus conocidos le hace el aguante.

Todas parecen razones válidas pero la pregunta de fondo es ¿Por qué alguien querría un amigo de alquiler? Por la misma razón por la que la gente paga por algo: por necesidad.

Sigue sonando triste pero obviamente no hablamos de amigos de verdad. Pero quien sabe, si las cláusulas no lo impiden quizá lo que empieza como una transacción comercial puede terminar como una amistad. Puede ser una transición de esas que son costosas para el bolsillo hasta que llegan a ser caras para los sentimientos.